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Los Amantes Bastardos

A veces yo también me canso y sobrevuela en mi cabeza la gorda gordofóbica que culpabiliza a sus lorzas por los males del mundo y de mis circunstancias.

Hay tardes en que la vida te regala una bofetada y todo se vuelve algo gris.

Soy gorda, soltera y paso de los treinta. Ya sabéis a lo que me refiero.

No sólo tengo que soportar los comentarios “bien pensantes” sobre mi sobrepeso, mi lozanía y mi salud, sino que ,de vez en cuando, aparecen de rondón los topicazos sobre la necesidad de asentar la cabeza y emparejarme felizmente como corresponde a una mujer de mi edad (bla bla bla)...

En realidad, yo vivía feliz, con mis lorzas liberadas y mis afectos absolutamente cubiertos con mis amigos, mi familia y mi vida sexual.

Confieso que últimamente no tengo tiempo (ni ganas) para involucrarme de veras en una relación amorosa. A lo mejor es que no ha aparecido la persona adecuada, pero en fin, tampoco importa demasiado.

El caso es que tenía un amante, un muchacho divertido y amable, que aligeraba y alegraba mis días. No compartíamos amigos, ni ambientes, a penas nos hemos topado fuera de nuestra pequeña burbuja particular. No era necesario. A mí me bastaba con la complicidad que ya teníamos y supongo que a él también, aunque nunca nos lo hubiéramos preguntado. Era como tenía que ser, como habíamos elegido que fuera.

Hoy, la casualidad ha querido que nos tropezáramos en un evento de la ciudad. Él iba acompañado de una mujer bonita y delgada, una de esas mujeres que emboban a hombres y mujeres por su físico arrollador y que consiguen que los demás nos sintamos básicamente como un enano de jardín.

Puedo reconocer que la estampa me sorprendió.

Aunque en ningún caso esperaba que mi amante me guardara ausencia entre salto y salto a la cama, por supuesto, jamás podría siquiera imaginar: uno, que se hiciera el loco al verme (puesto que en las contadas ocasiones en las que sucedió lo mismo nos saludamos y charlamos tan amigablemente como corresponde). Dos, que nos presentaran como si nos viéramos por primera vez. Y tercero, que tras todo el paripé y mi consiguiente cara de asombro, le escuchara decir a su novia-pibón la maravillosa frase de “yo?,yo a esa gorda, no, no la conocía”...

En realidad , hoy estoy enfadada o de bajona, o no sé...por varios motivos.

Primero conmigo misma, por no ser capaz de reaccionar. No acostumbro a rodearme de personas de ese calado moral. Siempre he tenido la suerte de convivir con gente que me respeta y que nunca me ha despreciado, ni por mis lorzas ni por cualquier otro motivo. Vamos, o no al menos , en el círculo de mis afectos, entre los que solía incluir aquellos que meten su lengua hasta mi garganta y más allá....

Y me enfado, me enfado, por haber permanecido estática, paralizada, por haber sucumbido al desaliento.

Y segundo, porque supongo que en este momento debería estar cagándome en sus muelas y no con esta sensación de fracaso que me torpedea. Debería estar lanzando arengas en favor de mis lorzas, y gritándome a mí misma que valgo más, que estoy por encima de un individuo que se avergüenza de sí mismo...pero supongo que mi sensibilidad o mi orgullo herido pesan más que cualquier otro tipo de consideración.

Hoy me miro y me sobrevuela el espíritu de la niña insegura y cohibida, como una especie de pepito grillo estúpido y burlón que me susurra que esto no hubiera ocurrido si yo fuera más “normal”, más como se supone que son la mayoría. En contra de todo lo que creo, la muchacha vulnerable que lucha día a día por empoderarse deja paso a lo trivial.

¿Qué sencillo es perder el paso? Qué rápido se torna gris oscuro aquello que vivimos con tan sincera claridad?

La deslealtad es una infracción grave. Se puede ser infiel pero nunca faltar al honor. Y hoy , he aprendido que es tan trascendental su desafección como mi pérdida de aprecio por cómo soy.

Hoy, voy a prometerme no volver a desfallecer, no volver a dudar ni por un segundo de mi inteligencia, mi belleza o mi valía. Hoy voy a prometerme que soy suficiente.

Voy a prometerme que sólo merezco a aquellos que me miren como yo miro a la pizza!!!

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