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Lo correcto por lo fácil


Un buen amigo me dijo una vez que hiciera lo que fuera correcto, no aquello que fuese fácil.

Sé que lo sencillo hubiera sido sucumbir. Rendirme ante la idea generalizada de que mi vida depende sólo de mi apariencia. Y que ,por supuesto, es declarada por otros como un error a enmendar para lograr iniciar la vida que se espera de mí misma.

Porque todos me dicen que si estuviera delgada entonces empezaría a gustar a los chicos, y en lugar de ser la descarriada y solterona pepona de la familia, me convertiría en la mujer esbelta y casada que se presupone a mi estatus y edad. Y quizás encontraría el trabajo de mis sueños. Ya no sería la comidilla en todas las conversaciones y dejarían de darme consejos sobre mi salud, mi hábitos alimenticios o sobre mi vestimenta.

Lo fácil, hubiera sido caminar por el mundo con la cabeza gacha : callada , muda e invisible.

Lo fácil hubiera sido negarme, anularme y travestirme en otro yo.

Lo fácil hubiera sido asentir, sobrevivir a base de barritas energéticas y ginmasio.

Lo fácil hubiera sido no dejar que mi culo gordo viviera a su aire, que mis lorzas desaparecieran a golpe de vergüenza y repudio.

Lo sencillo hubiera sido creerme mis propias mentiras, las de la industria de la moda y las dietas, somatizar todas las miradas que critican o hieren y sustituirme por una otra yo mejorada, callada, estandarizada y aceptable.

Pero como suele pasarme, cerré los ojos y esperé un instante .

Decidí entonces vivir la vida que me parece correcta. Esa que no cercena aquello que soy, en lo que creo, en lo que es justo.

Lo correcto es ser tal y como soy.

Lo correcto es abrir los ojos cada día y sentirme bien en mi piel.

Lo correcto es llamarme gorda.

Lo correcto es perder el miedo.

Lo correcto es mostrarme y llevarme unas cuantas decepciones.

Lo correcto es revolucionarme por dentro para revolucionar por fuera.

Lo correcto es abandonar el recato.

Lo correcto es que el mundo también se adapte a mí, a mi discrepancia, a mi no estandarizado cuerpo, a mi divergente manera de estar.

Lo correcto es no reprimirme, no desaparecer, ni adelgazar, ni acallar, ni modificarme.

Lo correcto es que me quieran por esta gorda que se muestra, por mi piel, mis michelines , mis pies pequeños, mis ojos miopes que siempre miran hacia dentro.

Lo correcto es luchar por no patologizarme.

Lo correcto es comer y beber y follar y reirme sin pedir permiso.

Lo correcto es desprejuiciarme ,descolonizarme, desmercantilizarme.

Lo correcto es abrazar mi vulnerabilidad como una ventaja.

Lo correcto es empoderarme, ser más libre, más feliz.

Así que resumiendo, vivo intentando enamorarme de cómo soy día a día e intentando enorgullecerme de resistir los envites de lo fácil, por hacer lo que es correcto.

Salud y lorzas locas!!!


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