Basta, basta..
Estoy muy harta del debate sobre la salud de los gordos.
Estoy harta de escuchar a expertos (y los que no lo son también) hablar sobre mi bienestar.
Estoy harta de que juzguen mi estilo de vida.
Estoy harta que intenten decidir por mí lo que más me conviene.
Estoy harta de que me discriminen por su pura ausencia de tolerancia.
Estoy harta de que intenten plantar en mí mente la semilla de la culpa.
Estoy harta de que me señalen por mi físico.
Estoy harta de que me rechacen o me expulsen.
Estoy harta.
¿Quién les otorga ese poder?
¿Quién ha decidido que su función en la vida es darme consejos gratuitos?
A ver si le queda claro a todo el mundo: no estoy pidiendo la opinión de nadie.
No necesito ayuda, no estoy enferma, no soy estúpida, ni incapaz.
Me gusta ser gorda. Soy gorda.
Abogo por una sociedad con cuerpos sin patrones.
Pero mejor aún, creo en la necesidad de los cuerpos divergentes, me gustan las gordas, las lorzas, las mollas , las carnitas, me resulta atractivo, y hermoso y revolucionario.
Defiendo mi derecho a vivir como me da la gana. A quererme como soy. A comer lo que quiero, a vestir como me da la gana , a acostarme con quien deseo.... A sentirme libre de culpa.
Defiendo mi derecho al amor propio. Soy gorda y estoy orgullosa.
Y esto no es discutible ni está abierto a las opiniones ajenas.