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NO ME CABE EL CULO

Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, y no será por falta de tiempo, el verano y la estancia en el paro son dos factores que deberían empujarme a escribir docenas de post, pero siempre he sido una vaga... Y hablando de vagueza quería comentaros una cosilla que me pasa de un año hacia acá, desde que me mudé de piso, vaya, y soy fiel usuaria del transporte público urbano.

Es complicado ser gorda en ciertos aspectos de la vida, no cabes por puertas

estrechísimas, te reborda el culo de las sillas y levantarse de un sillón mullidito, es una odisea, pero el transporte público es otra aventura.... Entiendo que el tamaño de los asientos sea estándar, vale, bien, pero... Nunca se han parado a pensar que unos cuantos asientos XL no vendrían mal?.

Yo casi siempre voy de pié en el bus, más que nada, por que creo que los asientos están reservados para la gente mayor, niños, embarazadas y esas cosas, me han educado así, cosas del civismo de la vieja escuela,aunque la realidad sea totalmente diferente y al final veas sentados a adolescentes con sus iPod, ocupando su sitio, el de al lado con la mochila, y el de enfrente con los pies, mientras la adorable ancianita que carga las bolsas de la compra, va de pié en una esquina, con el 90 % de posibilidades de salir despedida en uno de los miles de frenazos que pegan nuestros queridos autobuseros.... Pero el tema del civismo, dará para otro post, a lo que iba yo es que me suelo quedar de pié, en esos espacios reservados para sillas y demás, porque sentarse en esos ridículos asientos,cuando has de compartir el de al lado con lo que te sobra de patorra y la pobre muller que se ha querido sentar en ese asiento supuestamente vacío... Es cuanto menos, incómodo.Y entonces empiezan los contorsionismos,tú te pegas todo lo posible a la ventanilla, pero da igual, por que sigues rozándote y a mayores, pasas un calor infernal, mientras la pobre señora te sonríe de buenas maneras y te echa una visual de arriba a bajo....

Compartes sin querer, pero que le vamos a hacer, si además es que la señora tampoco es una sílfide!!..jajajaja... Así que ahí estamos, dos mujeres adultas, apretando nuestras nalgas y rezando para que alguna de las dos se baje en la próxima parada, eso sí, saludándonos siempre, por que oye, eso de ir un buen rato rozando mollas, une mucho.

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