Túneles de soltería
Hoy no voy a quejarme, ni patalear, bueno, sí, quizás un poco, pero sólo lo necesario.
Hoy voy a reivindicarme. Que para eso tengo una página y cuento lo que me sale del mismísimo, si ustedes me lo permiten.
No es porque yo lo diga, pero soy una oronda resultona. Siempre procuro ir impecable, con unas gotitas de buen aroma, de esos que te convierten en lo más comestible. Tengo lorzas para repartir, soy blandita, estupenda para reposar cuando el cansancio os derrota. En las tardes de invierno, no conoceréis una estufita más reconfortante. Cocino muy rico. A pesar de mi fuerte carácter, soy de risa fácil y complaciente con aquellos a los que quiero. Por supuesto, soy inteligente y una buena conversadora....Lo que se dice un chollo. Valgo para una fiestorra como para una tarde de buena lectura y museos.
Y aún con todas estas cosas..Alguien puede explicarme qué le pasa a los hombres????
Después de mi última hecatombe sentimental, creo que he creado una especie de aura mal rollista que no se me acercan ni por casualidad. Lo más próximo que he estado del sexo opuesto recientemente ha sido en el bar más concurrido de la ciudad, un sábado noche, y porque la muchedumbre nos había apostado cerca de los baños y el rozor era perseverante y entusiasta.
Tengo que hacérmelo mirar. ¿Cómo puede sucederme esto a mí?...
Y peor aún , comienzo a pensar que soy una especie de Marta Sánchez de palo, cuyos exnovios, tras pasar por mis manos se lanzan de cabeza y sin remedio en las lides del casorio o la pareja para los siglos de los siglos...... Para consolarme siempre puedo hacerme la pedante y creerme una especie de demiurgo de jóvenes ejemplares de humano, que tras ser insuflados del conocimiento y el buen hacer, activan sus neuronas para ponerlas en práctica por si mismos!!!!.....me entran ganas de ladrar...no me lo creo ni yo!!!
En realidad lo terrible de todo esto es sobrevivir en esa peligrosa fase en la que todos tus amigos, conocidos y familiares, viven en ese armonioso estado parejil o matrimonial. A menudo me veo en la tesitura de ir a todos los eventos sociales, redonda como soy y en soledad.
Coincidiréis conmigo en que las chapas y topicazos sobre la soltería son el tema recurrente cada vez que te miran. Mi cupo de hartazgo al respecto está a punto de desbordarse y convertirse en brusquedad y mala baba. Sííííííí,coño, estoy soltera, soy gorda y paso de los 30...Estoy jodida!!!!
Cuando los demás observan a una mujer soltera, de cierta edad, sale a relucir el peor abanico de lugares comunes que funcionan socialmente. Pero cuando esa mujer, además de soltera, lleva una mochila de quilos de más sobre sus espaldas, entonces los consejos gratuitos brotan por doquier, en la más ramplona versión de hostias como panes a lo Bud Spence y Terence Hill.
Lo más liviano que mis neuronas han tenido que soportar era el por qué no me “ponía algo más normal”, que bajando unos cuántos quilos seguro que encontraba a alguien rápidamente....Perdone!!!! ¿¿¿Acaso no soy normal???? ¿¿¿Mis carnes me convierten en una extraterrestre????
En realidad, yo, que convivo con mis mollas desde hace muchos años, lo veo como una ventaja sobre los demás...pero quizás es que no me he explicado bien o que el sector masculino aún no ha convergido en el mismo argumentario mental que el mío.
...A lo mejor sólo necesito explayarme más para que acaben rendidos a mis pies.
Lo cierto es que a pesar de todo, aún no he llegado a una conclusión demasiado clarificadora sobre el por qué de este desierto emocional por el que transito...y así , a la desesperada e inconsciente como la oveja recién salida del redil, lanzo la caña: Chavalotes, aquí me tenéis , con mis lorzas y mis neuras. Ánimo!!!
Imagen: Obesity in 1950s America — Caption from LIFE. (Martha Holmes—Time & Life Pictures/Getty Images)